martes, mayo 31, 2005

HANK (24)

Se acercaba el verano. No era difícil darse cuenta.

Una época difícil.

A la poca ropa de la mayoría de las señoritas se une la poca que lleva uno mismo. Y se hace difícil ocultar… digamos… “los sentimientos”. Y es que señores (y señoritas) la naturaleza me ha hecho débil. Mi instinto de supervivencia ha vencido a mi vergüenza y pretende que cada día intente perpetuar la especie como sea;

Aunque, para que negarlo, casi siempre mi futura descendencia acaba en el retrete, flotando sobre un pobre papel.

Lo reconozco, soy débil. Muy débil.

Aunque las chicas tienen otra palabra para definirlo: SALIDO. También guarro o caliente son muy usadas, pero JODER, yo soy simplemente DEBIL!!!

Y pensareis... ¿a cuento de que viene todo esto? Muy sencillo.

Piernas infinitas, melena negra y un nombre perfecto: BARBARA.

Luego os la presento.

jueves, mayo 26, 2005

HANK (23)

Me acerque a la mirilla de la puerta. Una chica y un chico cargados con bolsas de la compra esperaban. No parecían sospechosos ni capaces de robar casas entrando por la fuerza. –Que cojones- pensé- veamos que quieren estos dos- y abrí la puerta.

Ojos de sorpresa y sonrisas profident. Nunca había visto tantos dientes blancos juntos. El chico era alto, delgado, pelo trabajadamente despeinado y ojos de rata. Si. Ojos de rata. Se lo que me digo. Esa clase de ojos entrecerrados que te escudriñan de arriba a abajo sin que te des cuenta. Vestía vaqueros gastados y una camiseta blanca con dos tallas más de las que necesitaba.
La chica era pequeña y de piel blanca. Muy blanca. Como esas muñecas de porcelana que tenia mi abuela y a las que me gustaba arrancar la cabeza. Bueno, arrancarles la cabeza y desnudarlas. Como veis ya despuntaba desde muy pequeño. Era morena y con unos ojazos negros enormes que le llenaban toda la cara. Vestía igual que su acompañante pero la camiseta era negra y dos tallas más pequeña de lo recomendable.

Tras quince segundos eternos decidí romper aquel estupido silencio:

- ¿Qué queréis chicos? Si vendéis algo estáis perdiendo el tiempo… - Fue lo mas apropiado que improvise a decir.
- ¿Es usted Hank? – pregunto la jovencita con la voz entrecortada. – Nos habían dicho que vivía aquí...
- Si… - Deje la frase en el aire y pensé en las posibilidades. Aquellos dos no habían visto jamás a Hank, o quizás si. Que más daba. Decidí intentar hacerme pasar por Hank y ver que ocurría… - Si, claro que soy Hank, pero parece que esperabais a otra persona ¿no?
- Es cierto señor… - comenzó a decir el chico con ojos de rata – le imaginábamos bastante mayor…. El caso es que nos gustaría saber si aceptaría beber con nosotros – Levanto la bolsa y la muñeca de porcelana repitió el gesto instintivamente.
- Claro que si chicos, Hank nunca dice no a una copa gratis. Pasad y poneos cómodos mientras yo saco vasos y una cubitera –

Entre a la cocina y puse varios vasos sobre una bandeja. Luego cogí la cubitera y saque una bolsa de hielos del congelador. ¿Cuántos de vosotros tenéis bolsas de hielo en el congelador? Me veía yendo a alcohólicos anónimos en no más de 3 meses….

- Por cierto chicos!! No me habéis dicho como os llamáis!! – Grite desde la cocina mientras terminaba de colocar un plato de anacardos sobre la bandeja. (Me encanta comer anacardos mientras bebo)
- Yo me llamo Marco y ella es Omaya – le escuche decir mientras iba por el pasillo. ¿Qué nombre es Omaya? – pensé
- ¿Dijiste Omaya? Es que no te escuche bien –
- Si – dijo Omaya “muñequita de porcelana” mientras Marco iba llenando los vasos – Hace 19 años durante unas inundaciones en algún país sudamericano paso algo que por lo visto a mi madre no dejo indiferente. Era la historia de una niñita de unos 10 años que quedo atrapada bajo el cuerpo inerte de su madre, y cuando los soldados fueron a rescatarla, ella les dijo que no pusieran en juegos sus vidas e intentaran salvar a otras personas. Que su madre era todo lo que tenía en este mundo y no quería separarse de ella. Los soldados evidentemente intentaron rescatarla pero sin éxito. Ya inconsciente la llevaron al Hospital y no consiguieron reanimarla. Su nombre era Homaira. El caso es que mi madre no consiguió recordarlo como sonaba y me puso Omaya. –
- Un nombre único para una chica única. Mis padres no se calentaron mucho la cabeza. Abrieron la Biblia y cogieron el primero nombre que vieron. Salio Javier. Menos mal que no salio Zacarías o Job. –

Tres horas y medio litro de vodka después las cosas empezaban a animarse. Marco y Omaya llevaban saliendo casi cuatro años y no eran una pareja corriente. Ambos eran totalmente bisexuales y muy morbosos. Habían leído mis libros (bueno míos no, de Hank) y llevaban tiempo intentando conocer a Hank. Buscaban “alicientes”. Así lo habían llamado.

Y yo era parte de su búsqueda de alicientes. Bueno yo no, ya me entendéis.

-Me gustaría ver como mi novia se la chupa al autor de “No deberías haberme rechazado zorra”-
(Arqueé las cejas)
-Si, esa novela me pone a mil, sobre todo cada vez que Hank, es decir tu, usa la expresión “te voy a partir por la mitad”- dijo Omaya.
- Romántico ¿eh? – le dije a muñequita de porcelana guiñándole un ojo – Soy demasiado directo, pero (como dicen) solo hay dos maneras de hacer las cosas, como las hago yo y mal. Al que no le guste que no mire…

El resto de la noche no vale la pena que os lo cuente. Ya sé que estáis esperando un poco de sexo para saciar vuestras enfermas mentes y calenturientas conciencias pero… bueno va… pero solo un poco…

Se arrodillo y gateó hasta mí. Comenzó a acariciarme la entrepierna y saco el juguete de su guarida. Todavía no estaba preparada. Cosas del alcohol. Pero ella sabía como solucionar aquello.
Se agarro a mis rodillas y comenzó a lamerla. ¿Quién dijo aquello de dadme un punto de apoyo y moveré el mundo? Me vino a la cabeza esa expresión al sentir las uñas de Omaya en las rodillas. Parecía una gata en celo. Si alguien intentara quitarla ahora mismo de allí me desgarraría la piel.

Marco estaba en el sofá, frente a mí, masturbándose. Miraba como su novia me chupaba la polla. Estaba realmente excitado. Cada cual con sus gustos sexuales ¿no?

Eche la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, concentrándome en los sonidos. La cabeza me daba vueltas. Me agarro de los huevos con la otra mano y siguió chupando. En aquel momento no me extraño sentir hasta 3 manos tocándome. (Otra vez) Cosas del alcohol. Paró por un segundo y siguió. Esta vez mucho más rápido. Quería que me corriera. Yo seguía concentrado en el silencio. Abrí los ojos y vi la lámpara del techo moverse como si estuviéramos en un camarote del Titanic el día del hundimiento. Sabía que no se movía, pero no podía detenerla. Estaba a punto de correrme. Me incline para ver que hacia Marco. Pero en el sofá estaba Omaya masturbándose. –Vaya, vaya – pensé… -¿Entonces quien coño me esta chupando la polla – Todo eso con la inercia del borracho, con la cabeza y el cuerpo totalmente separados. Me corrí. Y Marco se lo trago todo.

Volví a echar la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y pensé: -¿Qué más dará….?

martes, mayo 24, 2005

HANK (22)

HANK (21)

Siete minutos y medio de teléfono para decirme simplemente que no estaban interesados en mi obra. En resumidas cuentas que nadie iba a pagar para saber con quien me acostaba, cuanto tiempo tardaba en correrme o cuantas veces y con quien me emborrachaba. Que pasara a recoger las copias cuando quisiera.

Además, que casualidad, la primera en rechazarme era la misma editorial que publicaba los libros de Hank en España.

En las siguientes 48 horas me habían rechazado las otras siete editoriales donde tenían mi libro. Parecían haberse puesto de acuerdo en el como, el cuando y el porqué. Aunque algunos ni tan siquiera llamaban. Simplemente mandaban a un mensajero con las copias del borrador y una notita explicativa. Al menos me ahorraba el tener que ir a recogerlas.

Volví a coger la lista de editoriales. Ahora tocaba mandárselo al resto. Al menos ya tenia las copias hechas.

Dos semanas tiradas a la basura y una patada en los huevos de mis aspiraciones. Aquello no podía ser solo mala suerte. Mi vida parecía una conspiración digna de una película barata de serie B.

Hank había tenido que viajar a su ciudad natal, (algo terminado en burgo, como Hamburgo o Friburgo) por el fallecimiento de un familiar. Me había dejado las llaves de su casa y las de su buzón en correos, a fin de que le recogiera la correspondencia.

Esa tarde había más de cincuenta cartas y un par de paquetes. ¿Qué coño le mandaba la gente a Hank? Los recogí y me fui hasta su apartamento. De camino pase por la licorería habitual y compre un par de botellas de vino blanco y algo para picar. Últimamente estaba mas interesado en la bebida que en la comida, y eso mi cuerpo lo notaba.

Deje las cartas sobre la mesa de la cocina. Estaba dejando las botellas en uno de los estantes altos de la nevera cuando sonó el timbre de la puerta.

No esperaba visita…

lunes, mayo 23, 2005

HANK (20)

Las apuestas eran por aquel entonces una manera de ganarle al destino. Pero aquella batalla era de todo menos justa. Canastas sobre la bocina, goles en el ultimo minuto, coches que se paran en la ultima vuelta e incluso ciclistas que pierden la carrera por un tubular. Como en la vida, los pequeños detalles son los más importantes.

Estar en el lugar adecuado en el momento preciso puede cambiarte la vida. Lo más importante es estar atento y saber aprovechar la oportunidad. De nada sirven años de preparación si cuando tienes que hablar te quedas callado. No son los más listos los que triunfan, sino los más despiertos. Quizás no sea ayuda divina, pero el refrán tiene razón, porque el que madruga normalmente es el que se lleva el gato al agua.

Estoy desvariando.

¿Por donde íbamos?

Ah, si….

Habían pasado dos semanas desde que había llevado mi libro a las editoriales y todavía no había recibido una sola llamada. Las cosas de palacio van despacio ¿no?
Mis encuentros con Esther se repetían regularmente con resultados parecidos. Mucho de nada. Uno se cansa de las cosas que parecen hacerse por exigencias del guión. Tome la decisión de no volver a llamarla por una temporada.

No me pongáis esa cara.

Igual algún día estáis en una situación parecida y tomáis la misma decisión que yo. No todo es sexo en esta vida. El dinero si lo es todo, y yo de eso tenía cada vez menos.

Bebía a diario. Y eso afectaba a mi vida “laboral”. Me levantaba a las 12 de la mañana con resaca y ganas de seguir durmiendo. Por suerte mi casa siempre estaba vacía. Uno se da cuenta de que algo realmente anda mal cuando un miércoles tiene resaca. El “problema” es que yo no estaba por la labor de frenar. El alcohol me daba las satisfacciones que la vida me debía. Y eran muchas sus deudas conmigo.

Por fin sonó mi móvil.

Las puertas de la fama se abrían para mí de par en par….

viernes, mayo 20, 2005

HANK (19)

Olía a café recién hecho.
Abrí los ojos. Estaba en un cuarto que no conocía, en una cama que no era la mía. Debía ser la casa de Esther.

No recordaba como había llegado hasta allí. Demasiado vodka. Me dolía la cabeza y me ardían los ojos.

Esther entro en la habitación. Llevaba puesto un simpático batín azul lleno de estrellas que se abría por la mitad, dejando a la vista sus generosos pechos y su coño pelirrojo. Mi dolor de cabeza parecía remitir por momentos.

-Buenos días- Me dijo mientras ponía en mis manos una taza de café caliente,- en cuanto te tomes esto te sentirás mucho mejor-.

Dejo caer el batín mostrando su exquisita blancura y se metió en la cama. Se apretó fuerte contra mí.

El café ardía pero lo bebí de un trago. Sabía ligeramente a ron y estaba muy dulce. Deje la taza en el suelo. Antes de que pudiera decir nada ella tenia mi polla en sus manos.
La bese con ganas. Sabía a café. O quizás era yo, que importa… Me ensañe con sus labios. Los mordía. Quería arrancárselo. Ella seguía haciendo crecer su (mi) juguete. La agarre por el culo y me la puse encima. Tenía un culo grande y duro. Mientras mi otra mano parecía no dar abasto con sus pechos.
Daba gozo tocarla. Apetecía morderla. Tenía la tersura de una muñeca hinchable. Mi polla estaba preparada y ella lo sabía. La cogió y se la metió entera, lentamente, con cuidado. Me puso el dedo índice sobre los labios. Mis dedos seguían jugando con aquellos enormes pezones mientras mi boca chupaba su índice. Cabalgaba despacio, al ritmo de nuestras respiraciones. Empezó a brincar. A galopar.
Pagaríais por ver el espectáculo de su cuerpo bamboleándose arriba y abajo. Arriba y abajo.

Primero se corrió ella y yo la seguí. Estábamos empapados en sudor. Se echo a mi lado y jadeo durante un rato. Luego se durmió…

jueves, mayo 19, 2005

HANK (18)

Minnesota, Portland y New York ganaron aquella noche. Estaba en racha. Mi balance había aumentado aquella madrugada en más de mil eurazos. Además tenía el borrador de la novela.

Me pellizqué. No, no estaba soñando.

Ordené a mi bookie cobrar 600 euros y me fui a dar un baño.

Casi siempre mis mejores ideas nacían en la bañera. Me puse un paño helado sobre los ojos cerrados. El contraste con el agua caliente era brutal. Aquello era como estar de nuevo en el útero materno. Salíamos de allí y nos pasábamos más de media vida intentando volver a entrar, aunque no siempre con éxito.

Con la toalla enrollada en la cintura busque las páginas amarillas.

E

Editoriales

Había 8 importantes (debían de serlo por el tamaño de sus anuncios) y unas 10 o 12 mediocres.
Apunte las direcciones y me puse la ropa.

Con la carpeta verde bajo el brazo me dirigí a la primera de ellas.




Diez horas más tarde “mi” libro estaba en manos de las editoriales más importantes de Valencia. No sabía que era tan caro intentar publicar. Registrar los derechos de autor y hacer copias para entregar la obra por duplicado. 300 euritos invertidos. Esperaba recuperarlos pronto.

Esto había que celebrarlo. Busqué el teléfono de Esther y la invite a cenar. Aceptó encantada….

HANK (17)

miércoles, mayo 18, 2005

HANK (16)

Aquella noche, tumbado en la cama, leí los 200 folios mecanografiados de la novela. No era buena. Era simplemente perfecta. Sin lugar a dudas la obra maestra de Hank.
Pero según parecía el no buscaba la fama, ni siquiera el dinero. Tan solo quería poder escribir. Bueno, también beber mucho y follar de vez en cuando.

Deje los folios en el suelo y cerré los ojos. Podía ver los titulares de la prensa especializada.

“Javier Campos consigue ganar el Premio Planeta de Narrativa con su primera novela, Disparando a matar

“Un nuevo Bukowski: el valenciano Javier Campos, con su ágil y valiente prosa se mete en el bolsillo al jurado del Premio Nadal”

“La fuerza de Hemingway, la imaginación de Joyce y el descaro de Bukowski: Javier Campos, una nueva estrella en el cielo literario”

Pasaría a ser famoso de la noche a la mañana. El “experimento” de Hank iba a cambiar mi vida de una forma increíble. Quizás no fuera justo. Pero no me importaba. Así lo había querido el. Yo no iba a dejar pasar aquel tren. Tenia madera de escritor, pero, para que engañarnos, no iba a vivir de esto.

Decidí que al día siguiente dejaría una copia del libro en todas las editoriales de Valencia y me sentaría al lado del teléfono a esperar la llamada del éxito.

Cerré los ojos y seguí soñando. Pero ahora en blanco y negro.

martes, mayo 17, 2005

HANK (15)

Había quedado con Hank a las siete y media.

Eran casi las ocho y todavía no había aparecido. Pedí otro café.

El Café de las Horas era el ombligo del mundo para los escritores. Se reunían allí, se peloteaban un poco e intentaban no pagar siempre que podían. Era fácil distinguirlos. Entre 25 y 35 años, barba de 3 días, gafas con montura negra, ropa gastada y sin planchar, vivian de alquiler y aparentemente no trabajaban.

Todos parecían conocerse. De vez en cuando alguno me miraba y me decía con la vista: - Eh tu ¿Quién coño eres? Largo de aquí –
Yo era un intruso. No sobraba con ser un escritor. También era necesario aparentarlo.

Por fin apareció Hank.
A pesar de que ya eran más de las ocho parecía recién salido de la cama.

- Carlos. Dos cervezas – le dijo al camarero - ¿Tu quieres algo Javi?-
- No, creo que seguiré tomando cafés durante el resto de la semana –
- Tu mismo.-

Hank apuro la primera cerveza casi de un trago.

- Javi ¿tu escribes?-
- Bueno…. Tengo algo entre manos, pero todavía es pronto para saber como resultara. Últimamente me cuesta mucho escribir-
-Disciplina (otra vez esa palabra). Tu solo siéntate y escribe. El resto llega solo. Pero si ni siquiera te sientas es bastante complicado…-
-Pero Hank, yo no tengo nada que contar-
-Eso no importa. Te lo inventas. O eso o te inventas tu vida. Tú eliges.-
-Tampoco creo que sea tan fácil…-
-Te voy a proponer algo ¿de acuerdo?-
-¿El que?- conteste yo bastante sorprendido.
-Este es el borrador de mi ultima novela- dijo Hank mientras me pasaba una carpeta verde,-quiero que le eches un vistazo. Te aseguro que es buena. Ya conoces mi fama de escritor maldito. Ahora quiero comprobar que ocurre si es otra persona la que publica una mierda parecida. Estoy seguro de que si esa novela llevara mi firma seria un exitazo. Veamos que pasa si lleva la tuya-
-Pero…- No sabia que decir. Baje la vista hacia aquella carpeta verde. Hank me estaba ofreciendo un poco de su fama. Un poco de su vida.

HANK (14)

Ese lunes por la mañana necesitaba alejarme un poco de todo. La verdad es que me pasaba casi todos los lunes… Casi todos los días…

Me levantaba temprano pero pasaba de ir a la universidad. Mi interés por la economía se había ido esfumando poco a poco. Tampoco es que al principio me pareciera interesante, pero garantizaba un trabajo y un buen sueldo.
Entraba a pocas clases y siempre tarde. Me dirigía a los asientos del fondo y me ponía a leer. Había sacado la mitad de la carrera leyendo clásicos y estudiando en algún bar la noche antes del examen.

Pero me aburría. Me aburría mucho. El mero hecho de imaginarme como empleado de banca toda mi vida me producía escalofríos y un instinto suicida muy peligroso. ¿Dónde estaba toda aquella acción que nos prometían en las películas?¿Donde estaba el amor? A mi me daba la impresión de solo poder oir las risas enlatadas de fondo (y de vez en cuando)

Me gustaba bajar a la parada de metro de Benimaclet y sentarme a esperar. Me encantaban las paradas de metro. Nadie habla. La gente solo ojea su periódico gratuito, mira su móvil y espera su metro. Todos parecen tener prisa. Menos yo.

Yo no espero nada….

Simplemente espero…

Aquella era la cantidad justa de soledad y compañía. Si no sabes cual es la dosis exacta de ambas cosas es muy posible que acabes en un manicomio o contándole tus penas a un psiquiatra. Y si pagas 50 euros la hora por hablar con un tío, es que estas realmente tarado.

viernes, mayo 13, 2005

HANK (13)

miércoles, mayo 11, 2005

HANK (12)

Disciplina.

Disciplina y un poquito de suerte. Eso es todo lo que hace falta en la vida.

Como todo apostador tenia mis rachas. Pero las buenas parecían durar poco y las malas una eternidad. Cada noche todo mi futuro dependía de gente que no conocía. Jugadores de baloncesto, delanteros de metro noventa, bateadores con nombres hispanos y tenistas con sobrepeso. Y todos parecían, por unas horas, ponerse de acuerdo en perpetuar mi miseria. Quizás miseria no era la palabra. No es que tuviera poco dinero o simplemente no tuviera, es que además tenía deudas. Y las deudas de juego pueden acabar con los huesos de tus manos o incluso con tus piernas.

Yo escribía por aquel entonces una pequeña sección en un periódico “underground” por la que recibía 600 euros. La sección se llamaba Reflexiones desde el excusado. Mucha gente podría vivir (o sobrevivir) con eso, pero mi búsqueda de la fortuna me exigía ingresos mayores para sostener mis apuestas.

Tenía tres libros empezados. Todos ellos a su vez aparcados. Tras 20 paginas les había echado una ojeada y me parecían autentica mierda. Pero mierda invendible. Me faltaban ideas. Ya no se llevan las novelas policíacas ni los relatos eróticos. Y la novela histórica no estaba a mi alcance.

Yo sabía que era un genio. ¿Todos los sabemos no? Pero casi todos los genios han muerto o bien de hambre o bien en la absoluta pobreza. Y los mecenas ya no existían. Solo de imaginar que mi obra se revalorizaría tras mi muerte me entraban arcadas. Mis hijos se pelearían por mi fortuna y los derechos de mi obra.

Vaya futuro…

martes, mayo 10, 2005

HANK (11)

La vida es todo aquello que sucede mientras hacemos otros planes.

Pues no John Lennon. Te equivocaste. La vida es lo que hacemos entre resaca y resaca. Y la de aquella noche iba a ser espectacular.

A pesar de mis casi 100 kilos y mis 190 centímetros (de altura, claro), toda aquella bebida había calado en mi sangre. Tenía los sentidos totalmente anestesiados. Pero podía sentirlo todo. Oírlo todo. Mi cerebro había tomado el mando. Yo sabia que hablaba, que caminaba, incluso que reía, pero no sabia quien estaba dando las ordenes. Estaba literalmente fuera de mi mismo. Si realmente el cuerpo y el alma pueden separarse, yo estaba experimentándolo.

Cerré los ojos.

Cuando los volví a abrir estaba sentado en el salón de Hank.

Enfrente de mi, y tumbado de mala manera en el sofá, estaba Fran. Toda aquella fachada derribada. Tenía la americana haciendo de cojín debajo de la nuca, la camisa abierta casi hasta el ombligo y el pantalón asquerosamente vomitado.

Mire a mi izquierda. A mi lado estaba sentada Ana, con su rubia melena totalmente alborotada. Movía los labios. Debía estar hablándome. Me moje los míos. Estaban secos y duros, como si hiciera meses que no los usara. Me apoye en la rodilla de Ana y me levante. Se me quedo mirando y dijo algo.

-Voy al servicio- escuche decir. Era mi voz. Dios que rara suena mi voz.

Iba descalzo y en manga corta. Apoyándome en la pared llegue hasta el servicio. Me puse de rodillas y me incline sobre la bañera. Mientras me echaba agua fría sobre la cabeza vomite. Me sentí mucho mejor. Bebí. Mi cerebro comenzó a darme un respiro. Volví a vomitar.

La puerta de la habitación de Hank estaba abierta. Estaba tumbado sobre la cama, y su cabeza caía fuera, como colgando. Tenía los ojos abiertos y me miraban. Los ojos, no él. Carla le daba la espalda y le estaba trabajando la polla. Podía verle el coño totalmente rasurado desde esa posición. Bajaba y subía la cabeza a un ritmo vertiginoso. Aquello me puso cachondo. Pero yo no era un mirón. Así que me fui por donde había venido y volví al salón.

Sonaba Brahms en la radio. Danza Húngara 5 si mal no recuerdo. Una delicia para los sentidos.

Volví a sentarme junto a Ana. Al menos ahora era yo quien tenía el timón del barco y no mi cerebro. ´

Fran seguía durmiendo en el sofá de enfrente. Menuda mierda llevaba encima. Y ahora el no podía vigilar a su novia. Mi sueño húmedo de juventud.

Ana no iba del todo borracha. Pero tenía los ojos vidriosos. Yo no la había visto beber demasiado. Así que supuse que le seguía dando al polvo blanco.

La música dejo de sonar.

Por un momento todo pareció detenerse. Solo el sonido oxidado de la habitación de Hank rompía la monotonía. Carla seguiría y seguiría aunque Hank estuviese muerto.

Baje la vista y observe aquellas piernas. El vestido blanco estaba subido por encima de las rodillas. Hay piernas y piernas, pero las de Ana eran magnificas.

Yo siempre he sido un tipo de piernas. Salí de las de mi madre y llevo toda mi vida intentando volver a entrar (aunque de otro modo y con poco éxito) en otras.

Puse mi mano sobre aquella rodilla. Era suave y muy tersa. Solo con aquello muchos de vosotros podríais correros. Ana me cogió la mano. Me asuste. Pero en lugar de quitármela, la subió. Lentamente me subió hasta su entrepierna. Yo miraba a Fran, mientras mi mano se deleitaba con otras vistas. Aquello era puro terciopelo. Sus braguitas eran de encaje (¿Qué otro tipo de ropa interior podía llevar una chica como Ana?). ¿No dicen que no esta echa la miel para la boca del cerdo? Pues allí estaba yo, un autentico degenerado, tocando aquel tesoro, aquella maravilla de la naturaleza.

Silencio…

Se subió la falda un poco más y se quito lentamente las bragas. Mi mano era un intruso en campo de batalla enemigo. Pero seguía viva. Me las metió en el bolsillo (las bragas, no las manos) del pantalón y yo volví al trabajo. Ella estaba muy húmeda. Pude distinguir que, a pesar de lo que siempre había pensado, tenia el coño sin rasurar. Pero aquellos ricitos eran magníficos. Palpe su clítoris. Le gustaba. Y a mi también. Lo acaricié arriba y abajo, haciéndolo girar lentamente. Suspiró. Su respiración se hizo mas agitada. El bulto de mi pantalón tenía ya unas dimensiones admirables. Luchaba por salirse. Le metí el dedo corazón en aquel maravilloso agujero. Se deslizaba. Ella se mordió el labio inferior y me miraba. Yo miraba a Fran.

Seguí trabajando aquel coño hasta que se corrió. Aquella diosa se había corrido y yo había sido el culpable. Viva por mí. Seguramente había pasado a los anales (¿?) de la historia. Alejandro Magno nunca lo hizo. Napoleón tampoco. Ahora era un héroe. Mi propio héroe. Mis nietos escucharían aquella hazaña miles de veces. Interesante.

Ana quito mi mano de entre sus piernas. Se levanto y se bajo la falda hasta su estado natural. Me dio un beso en la mejilla. Yo seguía totalmente extasiado y eso que ni siquiera me había corrido. Fue hasta Fran y le saco las llaves del coche del bolsillo. Abrió la puerta y se fue.

Mire a Fran. Le había vencido en algo. No había sido una batalla justa, pero había ganado al fin y al cabo. ¿Y la historia la escriben los vencedores no?

Decidí que aquella erección había que aprovecharla. Me fui tambaleando hacia la habitación de Hank confiando en que hubiera un agujero libre para mi….

jueves, mayo 05, 2005

HANK (10)

Iba yo por la cuarta copa de la noche y ya le habia visto el coño a Carla 3 veces. Y eso que intentaba evitarlo, pero ella se habia sentado estrategicamente frente a mi.
En esta ocasion lo llevaba totalmente rasurado. Un triangulito de piel blanco donde debia llevar el tanga era la prueba del delito. Cruzaba y descruzaba las piernas sin parar. No parecia cansarse.

Creo que pase algo por alto en la descripcion de Carla. Era BIZCA. Pero exageradamente miope. Parecia poder mirar dos cosas a la vez sin parpadear. Era como el chiste ese de la tia que te la puede estar chupando y vigilandote el coche a la vez. El cristal de sus gafas eran del ancho de mis dedos, como minimo.

Hablabamos de mi ultima mala racha en las apuestas cuando la gente comenzo a aplaudir.

Hank bajo y camino hasta nuestra mesas. Iba levemente borracho y llevaba una copa en la mano.

-Este es Hank, Hank estos son Fran, su novia Ana y Carla-

Les saludo con un gesto de cabeza y se sento.

-Encantado chicos- dijo mientras empezaba a liar el primer porro de la noche. Todos le observabamos. -Me he fijado que habeis llegado tarde-
-Oh si- dijo Ana - Es que Carla ha tardado demasiado en arreglarse y hemos tenido que esperarla-
-Pues si que le ha costado para la poca ropa que lleva. Ademas se ha debido olvidar la ropa interior- dijo sin perder de vista su porro.

Nos miramos entre nosotros sin decir nada.
Carla bebia y bebia. Parecia no haber escuchado el comentario de Hank.

Fran rompio el hielo.

-Dice Javi que eres escritor-
-Eso parece- contesto mientras daba una calada
-¿Y que clase de libros escribes? ¿Novelas?
-No que va. Esquelas eroticas. Son la ultima moda. ¿Crees que tiene futuro?
-¿Estas de coña no?
-Hombre claro. Escribo poemas y relatos. Y algun que otro guion para el cine por encargo.
-Interesante.... ¿Algun titulo conocido?
-La gotera del grifo de mi vida

Carla seguia con su tick. Cruzaba y descruzaba las piernas constantemente. Inconscientemente.

-¿Me lo pasas? - le pregunto a Hank
-Claro. Por cierto, bonitas piernas.

Clara alcanzo el porro y cruzo las piernas bruscamente.

-Javi, ¿me puedes acompañar al servicio?
-Claro. Ahora mismo volvemos.

Me cogio del brazo y me llevo hasta los servicios.

Entramos y ella se sento en el retrete a mear.

-¿Por que cojones te tienes que comportar siempre como una puta? Controlate un poco. Me da la impresion que hablo para las paredes. Tu pareces tenerlo todo bastante clarito.
-No quiero tus consejos. Solo quiero pasarmelo bien. ¿Tu no Javi?
-Yo....

Sin poder terminar la frase me cogio de las pelotas. Estaba en la postura perfecta para empezar el jueguecito. Me bajo la cremallera del vaquero. Estaba todavia blanda pero se la metio en la boca sin pensarselo. Delante y atras. Delante y atras. Yo queria sacarla de alli, pero succionaba demasiado fuerte. Ella seguia. Mordia mi glande y pasaba la punta de la lengua por todo el largo de mi polla. En un visto y no visto estaba dura como una piedra. Ella sabia como hacerlo. Era una maestra en el arte de las mamadas. Le gustaba. Seguia chupando y tenia mis huevos en sus manos.

No pensaba avisarla.

Asi que me corri en su boca. Mi leche caliente le surcaba los labios.Di una ultima sacudida en su cara y la guarde. Buena descarga.

Ella lo retuvo unos instantes, como chupandolo, se paso la lengua por los labios y lo trago. A la muy zorra le gustaba aquello. Si lo llego a saber me hubiese corrido fuera.

Se puso de pie e intento besarme.

-Ni lo sueñes perra, eso seria como chupar mi propia polla...

miércoles, mayo 04, 2005

HANK (9)

Termine de leer cuando llego la tercera copa de la noche.

Mire a Hank, volvi a mirar los folios que tenia entre las manos y me rei.

-Joder Hank, o este tio es un esquizofrenico o tiene demasiada imaginacion.-
-Probablemente ambas-
-¿Como se pueden llenar cuatro folios solo a base de hablar de tu polla? ¿Se puede escribir esta bazofia y pretender ser escritor al mismo tiempo?
-Este tipo no vendera en su vida un relato, ni le publicaran un libro. Esta gente vive de su familia y de sus amigos, mientras echan la culpa a las editoriales de su mala suerte. Siempre tienen tiempo de tomarse una copa contigo. Tienen sus casas en perfectas condiciones y se pavonean delante de las chicas por su condicion de "poeta". Son solo una pose. Nada mas. Alejate de ellos lo mas posible. Lo unico que puedes conseguir es que te deban dinero.-

El dueño del local subia al escenario con la intencion de presentar la proxima actuacion. Todos le conocian. Parecia que llevaban esperando su actuacion toda la tarde. Antes sonaba musica ligera de fondo y todos hablaban entre si. Ahora se habia hecho el silencio.

-Hank Tribiani- anuncio - el poeta de los desheredados, el ultimo poeta maldito. Todos lo conoceis. Asi que desahogaros con el.-

Apuro la copa. Se arreglo el cuello de la camisa y se dirigio al escenario.
Del bolsillo delantero de la chaqueta saco un monton de papeles entre arrugados y mal doblados. Habia comenzado el show.

Yo no estaba acostumbrado a este tipo de recital. Hank parecia un boxeador en el ring. El publico gritaba, aplaudia, jaleaba, sudaba e incluso insultaba. Era una autentica pelea de gallos. Hank bebia, leia e improvisaba. Muchas veces se dirigia a personas del publico por su nombre. Les retaba. Tenia un dominio increible de la oratoria. Pero dudo que con ese lenguaje pudiera llegar a ser diplomatico. Bebia y cada vez estaba mas borracho. De cuando en cuando contaba chistes verdes y tiraba botes de cerveza a quien se lo pedia. Era un autentico espectaculo. Algo digno de ver.

Me tocaron el hombro. Era Fran, su novia Ana y Carla.

Me levante y procedi con las normas convencionales de cortesia.

Fran vestia vaqueros raidos y una americana beige, un look muy cool. Se podia decir que era un producto del marketing. Parecia sacado de un anuncio de cualquier tienda de ropa de marca. Nada de su estilo estaba improvisado. Seguramente le costaba mas de una hora decidir como saldria a la calle. Menuda perdida de tiempo.

Ana iba espectacular. Sabia como y cuanto enseñar. Lucia una melena rubia a la altura de los hombros, tenia los ojos casi grises y una sonrisa capaz de derretir el iceberg mas gelido. Llevaba un vestido blanco que hacia brillar su cuerpo dorado a base de rayos uva. Estaba deslumbrante.

Carla era para echarle de comer a parte. Era delgada y tenia menos clase que un bocadillo de mortadela. El pelo largo y tan negro como un tizon le caia hasta el final de la espalda. Ojos grandes y desconfiados, pero que parecia no poder abrir del todo. Quizas era por toda la pintura que se echaba en la cara. Era del tipo de chica que se esconde detras del maquillaje. Llevaba una falda tan ancha como mi mano y un top como tres o cuatro tallas mas pequeño. Si a todo esto añadimos su costumbre de no llevar ropa interior, ya os podeis ir haciendo una idea de que tipo de chica estamos hablando.

-Ese que esta actuando es Hank, un viejo amigo-
-Vaya, ese tipo podria ser mi padre- dijo Ana
-O mi abuelo- añadio Carla soltando una sonora carcajada
-Ya empezamos... ¿Quereis tomar algo?-
-Claro, cerveza para mi y un martini para Ana, ¿Tu Carla?- respondio Fran
-Cerveza y tequila, pero dile al camarero que traiga la botella-
-Empiezas fuerte ¿eh? Ahora mismo vengo con las bebidas. Nos os movais-

Me levante y consegui llegar hasta la barra. Por lo visto Carla tenia intencion de emborracharse de nuevo. Mis previsiones de una noche movidita parecia que iban a cumplirse...

martes, mayo 03, 2005

HANK (8)

Sono el despertador a las siete de la tarde. La siesta me habia sentado jodidamente mal. Me dolia todavia mas la cabeza y me sentia como si no hubiera dormido en un mes. Saque un Alka-setzer del cajon donde mi madre guardaba los medicamentos y me lo trague con un sorbo de cerveza. En diez minutos me sentiria mucho mejor.

Me fui al lavabo, mee y me di una ducha. El agua fria me hacia revivir. Apoye las manos en la pared y deje que el chorro golpeara mi cabeza como un martillo. Volvi a la vida. Abri la boca y bebi. Estaba sediento. Era la puta resaca, que parecia eterna. Sali y me seque. Me enrolle la toalla en la cintura y me enfrente al espejo.

Era joven y lleno de vida. Pero mi mirada me decia que algo fallaba. Y no sabia el que. Todos parecian saberlo. Hablaban, reian y hacian planes. Y yo no. Tenian amigos, novias y una familia feliz. Y yo no. Es como si hubiera faltado a la primera clase de la vida y no hubiera recuperacion posible. Definitivamente era un desadaptado. Pero no estaba solo. Y lo peor es que casi todos querian acercarse a mi. Los atraia. Y yo los queria lejos. Muy lejos. Era alto, fuerte y quizas atractivo. Nunca me habian faltado las chicas. Podria tener a la que quisiera. Joder ya se que exagero, pero es mi historia ¿no? Dejarme fantasear un poco, porque aqui mando yo. Digamos que estaba por encima de la media en todo. Excepto en suerte. Todas las relaciones que yo hubiera deseado duraderas se iban a pique de la noche a la mañana y yo no podia hacer nada por impedirlo. O si, pero no lo hacia. Y otras veces (la mayoria) era yo el que hacia algo para que todo se fuera a la mierda. Tenia el don de convertir en un desastre todo lo que tocaba. El dia que tuviera coche las compañias aseguradoras me pagarian para no asegurarme. Seguro.

Me mire a los ojos. Ya estaba bien de pajas mentales. Ibamoss a salir a la calle y vivir un poco.

Me puse los vaqueros de siempre, un par de camisetas y unos zapatos. Me abrigue con una vieja cazadora, seguramente heredada de mis hermanos, y sali a la calle.

Tener que ir andando a todos lados te enseña a tener paciencia, pero sobre todo a observar. Me fijo en todo lo que pasa a mi alrededor, escucho las conversaciones e imagino vidas ajenas. La pareja de novios que estan hartos el uno del otro pero no se atreven a romper la rutina. La prostituta que envejece y no sabe como podra seguir comiendo. El parado que sale todos los dias de casa a la hora de trabajar para que ninguno de sus vecinos se de cuenta de que no tiene trabajo. La calle esta llena de desgraciados. Tampoco es que me importe. Yo tambien tengo mis problemas y dudo que alguien se haya fijado lo suficiente para verlos. Antes me obsesionaba el sexo. Ahora el dinero. Pero ya vendran tiempos mejores. Dejare de creer en la suerte, asi la diosa Fortuna se pondra celosa y vendra a visitarme.

Llegue a Warfo. Eran las siete y media de la tarde. Hank estaba sentado en una de las mesas del rincon sin hacer caso del poeta que recitaba sus composiciones en ese momento. No tenian mala pinta. Pero no tenian fuerza y se diluian enseguida. Les pasaba como a los libros de hoy en dia. O son bazofia o tienes que leerte 500 paginas antes de encontrar algo interesante. Y yo tenia cosas mejores que hacer.

Llevaba unos pantalones que le dejaban los tobillos a la vista, una camisa blanca mal planchada y una americana con mas años que yo. Barba de dos dias y la necesidad urgente de un corte de pelo. Fumaba y bebia algo transparente. Deduje que era Vodka7.

-Hola Javi, me gusta tu puntualidad, asi puedo contarte algo antes de salir a actuar. CAMARERO!!! Dos de los mismo bien cargado y RAPIDO!!! - grito Hank
-Hola Hank- le respondi mientras me sentaba- Menuda mierda pille ayer, llevo todavia una resaca de campeonato-
-No te preocupes, una par de tragos y te sentiras como nuevo, tu hazme caso. Por cierto, Esther me dejo su telefono. Quiere que la llames.-

Me entrego un trozo de papel arrugado con el numero de mi ultimo polvo. No estaba mal. Igual hasta queria repetir. Suerte, suerte, dime que has venido a verme.

-Ahora leete esto que me ha dado un admirador para que le diera su opinion. Leelo y dime que te parece...-

Llego mi copa. Cogi los folios y lei....

lunes, mayo 02, 2005

HANK (7)

Era la hora de comer y mi casa estaba completamente desierta. Mi padre estaba en el trabajo, y supuse que mi madre estaria con alguno de sus amigos. Mis hermanos estarian, mas o menos como siempre, a su aire.

Habia una nota encima de la mesa, era la letra inconfundible de mi madre:

JAVI HE SALIDO
HAZTE ALGO DE COMER
TE QUIERO

MAMA


Joder con la lumbreras de mi madre. Se podia haber ahorrado la nota. Las 2 primeras frases las habia intuido nada mas abrir la puerta. Y de la tercera mejor no hacer ningun comentario.

Saque un 7up de la nevera y entre en mi habitacion. Lo bebi casi de un trago y me desnude. Necesitaba darme un baño humeante para aliviar aquella horrorosa resaca.

Iba gracilmente (¿?) desnudo por el pasillo, luciendo mi dotada anatomia, cuando sono el telefono. Cogi el de la cocina.

-Diga-
-¿Que tal tio?-

Mierda, era Fran.
Fran representaba todo aquello que yo odiaba. Era el perfecto triunfador. Guapo, inteligente, rico y con una novia, Ana, digna de la portada del PlayBoy. Eran la pareja ideal. Seguro que buscabas en el diccionario la palabra felicidad y te salia una foto de los dos. No se porque cojones se empeñaba en querer ser mi amigo. Parecia querer, inconscientmente o no, restregarme su odiosa suerte por la cara. Llebaba asi desde que coincidimos en la guarderia con 3 años, mes arriba mes abajo. Supongo que la amistad no son mas que años de trato mutuo. El caso es que era un buen tipo y ademas siempre estaba dispuesto a financiarme.

-Muy bien Fran-
-¿Que vas a hacer esta noche? Es sabado, Ana y yo hemos pensado en ir a tomar algo por el Carmen. Pero te necesitamos. Su prima Carla esta en Valencia y quiere unirse a la fiesta.-
-Otra vez Carla no, Fran. Y ya sabes porque lo digo.-
-Joder Javi, ya lo se, pero me debes mas de un favor.-
-Bueno, esta bien joder, pero porque eres tu. Quedamos a las 8 en Warfo. ¿Sabes donde queda no? Hay unas lecturas y un colega mio actua. Podremos beber gratis cuanto queramos.-
-Esta bien. Por cierto.. ¿Como andas de fondos?-
-Ya hablaremos esta noche de eso. Os espero a las 8.-

Colgue el telefono. Abri la nevera y saque una cerveza. Mejor estar preparado para lo que pudiera suceder. Con Carla de por medio nunca se sabia. Joder, es que esa zorra no sabia beber. Bueno al menos teniamos a Hank. El sabria que hacer con ella...

Alguien abrio la puerta. Me asome al pasillo, sin darme cuenta de que estaba completamente desnudo.
Era mi hermano y su novia.

-Hola chicos-
-Anda Javi, tapate- Dijo mi hermano.

Creo que su novia si se habia dado cuenta de mi desnudez y no me miraba precisamente a la cara....

domingo, mayo 01, 2005

HANK (6)

Cuando baje a la calle ya no llovia, pero habia agua por todas partes. Ultimamente algo en el cielo se habia roto y habia goteras.

Mi casa no quedaba lejos de alli. Comence a caminar.

Iba pensando en que momento de mi vida habia decidido convertirme en escritor.

Estaba en 8o curso y no tendria mas de 13 años. La profesora de Lengua se llamaba Sara. Sara Flores si mal no recuerdo. Entonces rondaba los 40 años. Era de las pocas profesoras no religiosas de mi colegio. Era alta, esbelta, fea de cojones pero con unas piernas fantasticas. El colegio habia organizado una excursion al Circo y Sara mando como deberes del fin de semana una redaccion sobre la visita.

Pero habia un problema. Mi padre me obligaba a ir todos los sabados con el a la fabrica de papel para ayudarle. Eran malos tiempos. En mi casa la palabra de mi padre (algun dia os hablare un poco de el) era la ley.

-Los niños estan para ser vistos, pero no para ser oidos- solia decir...

El caso es que tuve que inventarme aquella redaccion. Describi aquel circo ambulante con todo lujo de detalles. La valentia del domador, la comicidad de los payasos, el carisma y la complicidad del presentador, la fragilidad de las contorsionistas y la osadia de los acrobatas. Hable de la vida errante de los habitantes de aquel inframundo y de su capacidad para transportar la ilusion y los sueños ciudad tras ciudad, pueblo tras pueblo.

Entregue la redaccion el lunes. La señorita Sara se dirigio a la clase el jueves.

-He leido vuestras redacciones sobre la visita al circo y me gustaria leeros la de Javi para terminar la clase.-

Yo no era un alumno lo que digamos popular. Es mas, ni tenia amigos ni ganas de tenerlos. Sara leyo mi trabajo en voz alta. Sonaba bien. Incluso mejor que cuando la estaba escribiendo. Todos me miraban. Antes se sentian superiores a mi, pero ahora sus redaccines eran una mierda y la mia les estaba dando una patada en el culo. Algunas chicas me miraban y reian. Creo que fue la primera vez que se dieron cuenta que yo existia.

Termino de leer , -Esta bien, podeis marcharos- Todos salieron. -Tu no Javi, espera un segundo-

Me quede sentado en mi silla con los brazos cruzados y la mochila sobre la mesa.

-Yo estuve el sabado en el circo y no te vi. ¿No fuiste verdad? - Me pregunto Sara.
-No, no pude...
-Entonces te felicito, tiene mucho merito. Puedes irte.

Me levante y sali de la clase.

Mentiras. Maravillosas mentiras. Eso es lo que la gente desea.


Habia llegado a mi casa. Abri la puerta y entre...