miércoles, noviembre 30, 2005

Hank (32)

Me desperte sin resaca y me di un buena ducha. ¿Alguien conoce un invento mejor que el agua caliente?

Necesitaba desayunar. Si se le puede llamar asi cuando se hace a las 7 de la tarde. Mis reloj vital estaba bastante jodido. Era noviembre y hacia dias que no habia visto la luz del sol.
Ahora vivia en aquella casa, extraña pero a la vez acogedora. Parecia encantada de tener a su nuevo inquilino. Si incluso a veces me recibia con las luces encendidas...

Saque el zumo de naranja y una botella de vodka. Nada mejor para empezar bien el dia. Al cerrar la nevera vi que habia colgado un papel con algo escrito en uno de los imanes. Un gato negro esperando una caricia. ¿Como habria llegado aquel iman a "mi" nevera"?

"Llamar a Amanda. Libro dedicado"

Vaya. Ya me acuerdo. Y ya entiendo porque lo deje debajo del gato negro. Menuda pantera con forma de mujer.

Despues de un nutritivo "desayuno" busque mi movil entre los montones de libros que decoraban el salon. Parecia que hubiese pasado un huracan por aquel lugar. En la proxima fiesta recomendare que los que queden sobrios se queden a arreglarme la casa. Mala idea. Nunca queda nadie sobrio.

Amanda estaba todavia trabajando. Era comercial de una gran multinacional dedicada al mundo de las telecomunicaciones. Que bien sonaba aquello. Cualquiera sabe lo que podria ser. Me dijo que no podia hablar en esos momentos, pero me dio la direccion de un restaurante y una hora. Las diez en punto. Tenia una cita.

Me puse los vaqueros, un sueter y una americana recien salida de la tintoreria. Me peine como pude y me fui hacia el restaurante. Faltaban casi 3 horas, pero conocia un bar a un minuto de alli. Necesitaba tomarme algo para rebajar los nervios. Me pasa siempre que estoy ante un camino que se divide en dos. Y necesitaba estar sereno para poder decidir.

Hacia un frio de cojones.

Mierda! El libro dedicado!

martes, noviembre 29, 2005

HANK (31)

"Las mujeres son metales, en estado de algodon"

Nunca habia creido en la perfeccion. Pero tampoco en la imperfeccion.

Ahora tenia mis dudas.

Se llamaba Amanda y la conocí hace 3 meses. Aunque a mi me parecian 3 años. Con ella me sentia como si estuviera saltandome todos los semaforos en rojo. Como Keanu Reeves en Speed. Si frenaba un poco, explotaria.
Era alta y estilizada. Asi seran todas las mujeres dentro de 100 años. Delgada pero con muslos poderosos. Ancha de cadera y con un culo que desafiaba a las leyes de la gravedad. Con la piel mas suave que cualquier seda india y la boca deliciosamente pequeña, ademas de dulce como mas tarde comprobaria. Pero esto es adelantarse a los acontecimientos.

Nada de ella era perfecto ni digno de un concurso de belleza. Representaba la perfeccion de lo imperfecto. Pero era Mas guapa que cualquiera.

En sus ojos se intuia el sufrimiento. Algo se escondia tras aquella mirada y pedia a gritos que lo sacaran de alli. Podias oirlo solo con fijarte. Era un huracan atrapado amenazando destrozarlo todo a su paso.

Amanda lo hacia todo a su manera. Le daba a todo un toque de rareza. Era imposible olvidarla.

Fue en una fiesta en mi casa. Todos trajeron bebida y mas amigos. Eramos unas 40 personas.

A las 2 de la mañana yo ya estaba hasta los huevos. Sentado en el sofa con un vaso de algo frio en la mano. Recuerdo el frio humedo. En el centro de la habitacion habia gente bailando. Solo conocia a Tomas, un prestigioso editor de revistas para adultos. Era moreno, jovial, y con una cara un tanto extraña. Casi cubista. Bailaba con ella. Lo estaba pasando en grande. O eso parecia. A pesar de su altura se movia como una pantera. Era sensual y provocativa. El centro de la fiesta. Pero a ella no le importaba.

Aquella noche yo no estaba especialmente borracho. Estaba mas bien aburrido. Ella fue hacia la mesa para servirse algo de bebida. Se sento en el suelo frente a mi, solo con la mesa separandonos. Me miraba. Yo me hacia el despistado. Me estaba examinando. Le mantuve la mirada y le sonrei.

-Hola- Dijo ella con un hilo de voz
-Hola-
-¿Eres Javi no? He oido hablar de ti. A ver si algun dia tengo tiempo y leo algo de lo que has escrito.
-No te preocupes. Tampoco te pierdes mucho. De hecho dudo que le gustara a una chica como tu...
-¿Como yo? Si no me conoces...
-Ya, pero se que tienes estilo. Algo que mis libros no tienen. Dame tu direccion y me encargare que te llegue uno.
-Mejor te doy mi telefono y quedamos un dia. Asi me lo puedes dar en persona, y dedicarmelo....
-Por mi encantado. Por cierto, tu nombre era...
-Amanda

lunes, noviembre 28, 2005

HANK (30)

Todos estos años envidiando. Buscando un agujero donde pasar el resto de mi vida. Pero sobre todo esperando.
Viendo los trenes pasar. Diciendo si pero pensando no. Negando lo evidente. Recorriendo las calles de la verguenza, aquellas que me vieron crecer.

Con la palabra ODIO tatuada en una mano y AMOR en la otra. Como Robert Mitchum en La noche del cazador.

Ahora saboreaba las mieles del exito. Del exito de Hank. Me lo estaba apropiando y no me arrepentia. Algo me decia que Hank nunca volveria de su viaje a Alemania. Si es que alguna vez habia existido.

Acostumbrado como estaba a no diferenciar sueños y realidad, ahora simplemente preferia no pensar en ello. Quizas Hank no era mas que un reflejo proyectado de mi personalidad. Algo asi como Tyler en El club de la lucha. Esa parte de ti mismo de la cual estas enamorado. Tan enamorado que la quieres solo para ti. Disfrutandola a escondidas. Un amor enfermizo que solo puede acabar mal o peor.



Nadie parecia echar en falta a HANK.

Venian a mis fiestas y bebian. Fumaban y reian. Leian en voz alta la obra de HANK. ¿Quien habia escrito todo aquello? ¿Habia sido yo? ¿Hank?

Estaba hecho un lio. Intentaba recordar lo que habia hecho todos estos ultimos años y no lo conseguia. Solo recordaba dias de universidad y noches de soledad. ¿Como habia sido capaz de borrar todos los recuerdos? El caso es que lo habia conseguido. Amnesia voluntaria.