sábado, diciembre 27, 2008

HANK(36)

Harry Houdini buscaba la inmortalidad retando a la muerte cada noche. Para sentirse libre necesitaba zafarse de cadenas. Para notarse vivo aguantaba 8 minutos sin respirar. Cada vez que H.H se zafaba de una camisa de fuerza, se sentia menos cuerdo.

Hank me dio el empujon definitivo. Solo escribe, me decia el. No corrigas lo que escribas. No estarias haciendo mas que mentirte. Yo nunca he borrado una coma, una letra. Porque las personas no han de decir siempre la verdad para sentirse valoradas. No creo en los convencionalismos ni en las reglas gramaticales. Tan solo sientante y dele hostias a las teclas. A tu cerebro. No importa cuanto te esfuerces en que salgan bien las cosas mientras las hagas a tu modo. A tu estilo. Como te salga de los huevos.

Y aquel viernes, que podria haber sido un lunes, yo llevaba varias copas de mas y demasiadas ganas de no hacer las cosas bien. Asi que me acerque a aquellas dos jovecitas de tez blanca y tetas pequeñas. Les dije que yo era todo lo que habian estado esperando. Ya no valen los trucos de magia. Papa Noel no existe y los reyes magos son 3 payasos de circo. Me siguieron, como era de esperar. Me pregutaban cosas camino del ascensor, pero yo no estaba de humor para contestarlas. Solo queria hacerlas felices.

Les quite los pantalones y las bragas. Apenas tendrian 18 años y yo no sabia ni como se llamaban. Me deje llevar. Ellas se besaron, se lamieron los pezones y me dijeron cosas en frances. Yo las entendia. Se tumbaron una a cada lado y las masturbe. No eran vírgenes. Y aquello les gustaba. No era amor, pero tampoco un capricho. Era tan real como la tierra después de llover. Si ellas no sabian lo que querian yo tampoco. Pero no querian que sacara mis manos de sus coños. Era algo que ocurre entre hombres y mujeres. Y palpitaban. Y sollozaban. Y gemian. Aquello era energia, era amor.

Después una de ellas, la mas fea, me quito la ropa y me chupo de arriba abajo. De la frente a la punta de los pies. La guapa se sento a horcajadas y cabalgo camino del lejano oeste. En busca de oro. De oro, incienso y mirra. En busca de algo que jamas encontraria. Se acariciaba los pezones con los ojos entrecerrados. Saltaba encima de mi y ella solo se lo decia todo. Y yo estaba de acuerdo. Y me gustaba. No tenia que pensar en nada mas que en salvarme y liberar mi alma. Las palabras tan solo fluian en un mar de vodka. La fea se sento tambien, pero en mi boca. Lami aquella golosina rosa y blanda. Humeda y perfumada. Queria morderla. Hacerle daño. Y la fea tambien disfrutaba. Se besaban. Se corrian. Y yo tambien.

Me dormi y espere que todo hubiera sido un sueño. Un dulce sueño con sabor a pesadilla.

Harri Houdini habia vuelto a escapar de sus cadenas.

Me desperte a las 5 de la tarde. La fea se estaba duchando con la puerta abierta. Y la guapa, que no era tan guapa, estaba sentada en mi sofa naranja viendo la tele y vestida solo con una de mis viejas camisetas de baloncesto. Tan solo un monton de pelos en el coño la diferenciaban de un maniquí. Era celestiamente blanca. Me miro y no pudo reprimir una sonrisa contagiosa. Yo la segui. Como la noche anterior. Me dolia la cabeza y decidi unirme a la fea en su ducha.

Era de piel morena y lucia un rasurado excelente La espuma le caia como leche por la espalda. Me agache y le mordi el culo. LE dije que solo queria comprobar si era de verdad. Y lo era. La gire y le lami el coño. Sabia a jabon. Escupi el jabon y segui lamiendo. La mordi de nuevo. Ella me puso el agua hiriviendo en la cara. Me hizo levantarme y de un salto se enrosco a mi cuerpo como una serpiente venenosa. Se introdujo mi polla y empezo a follars.e. Es algo fantastico follar en una ducha con una chica de 50 kilos. Algo que roza la masturbación.

Cuando quise darme cuenta estaban haciendose una tortilla en mi vieja cocina y yo solo podia verlas como a las hijas que nunca tendre.