Decidi pasar por casa de Jaime y ponerme un poco al dia. Nunca habia tenido excesiva vida social y desde que "conoci" a Hank se reducia a fiestas y borracheras. Y eso tiene de vida social lo que Heidi de
femme fatal.
Conocia a Jaime, como quien dice, de toda la vida. Era guapo, de familia bien y un proyecto de ingeniero. Lo que las chicas de hoy en dia llaman "un partidazo". Eramos las 2 caras de una misma moneda, y lo peor es que solo teniamos una cosa en comun: la mala suerte. Nunca habiamos sabido elegir los momentos, las situaciones y las mejores compañias. Y asi nos iba.
Habia conseguido irse de casa a base de dar clases de tenis a cuarentonas ricas y casadas, que querian de el algo mas que aprender a jugar. Era un buen trabajo y el asi lo pensaba, pero a veces resultaba incomodo tener que lidiar con aquellas ricachonas en celo. Mas de una vez le pillaron con las pelotas al aire (y no las de tenis) y tuvo que salir corriendo de aquellas mansiones ajardinadas con tanta ropa como pudiera agarrar en las manos. Y creerme si os digo que saltar verjas de metro y medio en esa tesitura no es una situacion nada comoda.
No era un piso demasiado grande, pero para una persona sola y un sueldo ridiculo, aquello era el Palacio de Versalles. Tenia una decoracion moderna y muy informal, pero demasiada fria para resultar acojedora. Como cuando sabes que es solo un sitio de paso y quizas mañana tengas que volver a hacer las maletas. Su unico capricho era una television enorme (de esas tan planas que parecen un cuadro) que ocupaba toda una pared del salon. Siempre que estaba alli la contemplaba como si aquello fuera un museo y la television un cuadro de Van Eyck. Segun me dijo la habia comprado por internet directamente desde Japon, y que le habia salido tirada de precio.
-¿como va todo chaval?- me pregunto Jaime, que iba como siempre, en vaqueros y de manga corta, aunque fuera pleno invierno.
-Confundido, ya me conoces-
-¿Y ahora que ? Mira que nos conocemos tiempo Javi, pero siempre pareces llevar algo entre manos-
-Lo se Jaime, lo se. Al menos yo no tengo que ir saltando verjas con todo al aire.
-Jajajaja, ¿que dia vas a dejar de repetirmelo?-
-El dia que deje de pasar, tunante! - aquella palabra siempre le "molestaba"
-Jajjaja, ¿pero tunante porque?, sabes que he cambiado!-
-Nunca cambiaras, lo sabemos los dos!-
Jaime se echo a reir. Para todo lo que llevaba encima era una persona realmente alegre. Y no actuaba. Simplemente era asi. Y sabia contagiarlo.
-Tengo una cita dento de una hora. He venido a quitarte uno de mis libros para poder regalarselo. Espero que no te importe-
-Coño, claro que no. Ademas los libros son tuyos. Al menos llevan tu nombre. ¿cual piensas llevarle? ¿Flor de alcantarilla y otros cuentos?-
-Yo que se. Todos son igual de malos. Intentare coger el menos soez, si es que existe-
-Tu veras, pero si de verdad tienes la intencion de gustarle, deberias ser tu mismo. Y no se que hago dandote consejos. Siempre sueles darmelos tu a mi-
Me acerque a la estanteria donde tenia todos sus libros y vi que tenia los mios en un lugar destacado. Se sentia orgulloso de ellos. Seguramente mas que yo mismo. Cogi "Nunca sabras lo que callé" y me lo meti en el bolsillo de la chaqueta. No era mi mejor libro, pero si el mas personal. Si alguien iba a correr el riesgo de conocerme, aquella era la mejor manera.
-Bueno tunante, he de irme. Ya te contare como ha quedado la cita. Por cierto, la casa esta demasiado limpia. ¿cuantos años te saca esta vez?