HANK (1)
Mi amigo Hank.Un tipo que todos querriamos conocer pero que nadie se echaria de amigo, a no ser que deseara arruinarse la vida.Hank rozaba el medio siglo de edad y habia pasado mas de media vida rodeado de zorras de medio pelo y botellas vacias de cerveza. Segun me contaron era un escritor famoso, pero al que el estrellato le habia llegado ya tarde. No trabajaba (tampoco creo que lo hubiera hecho en su vida) y cada cierto tiempo recibia cheques por los derechos de autor.
Lo conoci durante un recital de poesia de jovenes talentos. Ambos estabamos sentados en las ultimas filas riendonos de los estupidos sonetos compuestos por mediocres aspirantes a Bequer. Hank me miro y me dijo: -Hay un problema con los escritores. Si lo que escribe se publica y vende mucho el escritor se piensa que es magnifico. Si se publica y vende poco se piensa que es cojonudo. Si por el contrario lo que escribe no se publica nunca y no tiene dinero para publicarselo el mismo, entonces no solo piensa que es magnifico, sino genial. Los escritores son seres que hay que evitar. Me llamo Hank. Te invito a unas cervezas-.
Salimos y nos dirigimos al Clavel, un bar lleno de escritores frustrados, estudiantes de arte y periodistas en paro. Era un lugar entre siniestro y pasado de moda, pero no se puede dudar que tenia su encanto. Hank lo llamaba directamente el circo. Ocupamos las ultimas banquetas de la barra y pedimos 2 cervezas bien frias. La camarera tenia pinta de llevar toda la vida detras de la barra. Tenia unas tetas enormes que se salian literalmente del estrecho vestido de cuero negro. Era rubia natural, pero usaba algun tinte para tener el pelo casi blanco. Hank la saludo por su nombre, Lydia, y me dijo que era una bestia en la cama. Para Lydia solo hay 2 tipos de hombres, los que saben comer un coño y los que no.
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